En estos últimos años la atención de médicos y psiquiatras se ha centrado en analizar la conducta de los niños que denominan hiperactivos, son niños que se mueven continuamente y resulta prácticamente imposible controlar su actividad.
Aunque algunos niños de este grupo tienen ya problemas en su primer año de vida (lloran más y más a menudo, existen dificultades para alimentarlos y duermen menos comparándolos con otros niños de su edad), la sintomatología propiamente dicha aparece a partir de los tres años y está claramente definida alrededor de los cinco.
Las principales características del niño hiperactivo son cinco:
- La Atención
Aunque varía de unos niños a otros, en general tienen dificultades para fijar su atención en la realización de tareas, sobre todo si requieren mucho tiempo y son monótonas.
En la escuela tienen dificultades para fijar su atención en los trabajos escritos que requieren que permanezcan sentados. Realizarán con mayor facilidad las actividades físicas (deportes), manuales (dibujo, bricolaje, informática) ya que estas actividades se ajustan mejor con su forma de ser.
- La Impulsividad
El niño es incapaz de pensar antes de actuar, encuentra muchas dificultades para esperar su turno en las actividades de grupo, interviene en las conversaciones de los adultos expresando su opinión sin que nadie se la pida.
- La Agitación
No se manifiesta en el mismo grado en todos los niños hiperactivos, pero está claro que no controlan su actividad, se mueven continuamente y realizan movimientos inútiles que no tienen relación con la tarea que les ocupa en cada momento.
Un ejemplo típico es el niño que retuerce sus dedos o se rasca sin parar mientras mira la televisión.
Incluso cuando duermen, su sueño es agitado y se remueven continuamente.
La Obediencia
4. Es difícil para un niño de estas características obedecer instrucciones y reglamentos, no soporta que se le contradiga y si esto ocurre, grita, golpea y llora, llegando a veces a tener una verdadera crisis.
- Variabilidad del rendimiento
- El niño no realiza sus trabajos con la misma rapidez y exactitud todos los días, lo que lleva a padres y educadores a la creencia de que el niño es perezoso cuando su rendimiento es menor.
Para poder ayudar a estos niños en su desarrollo, es necesario un diagnóstico médico. Algunos especialistas someten al niño a exámenes bioquímicos o radiológicos como el electroencefalograma o el scaneo cerebral, pero la mayoría se atienen a criterios clínicos. Algunos niños pueden tener comportamientos que se asemejan a los de los niños hiperactivos, pero para diagnosticar la hiperactividad infantil es necesario realizar un examen físico y psicológico completo